Ver servicio...
1 Tesalonicenses 2.1-2
1Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó vana; 2pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.
Hechos 4.13, 29
13Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
29Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
Efesios 6.19-20
19y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 20por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
1 Tesalonicenses 2.3-4
3Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, 4sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.
Gálatas 1.8-10
8Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. 10Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
1 Tesalonicenses 2.5-8
5Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. 7Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. 8Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.
Hechos 20.17-19, 31
17Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. 18Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, 19sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos;…31Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.
1. Debemos hacerlo con denuedo
2. Debemos hacerlo con el deseo de agradar a Dios
3. Debemos hacerlo sin usar palabras lisonjeras
4. Debemos hacerlo sin el deseo de obtener ganancia económica
5. Debemos hacerlo con ternura y afecto