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11Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. 13Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. 14Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 15Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 16Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.18Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. 20Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
1. El poder de Dios es mayor que el poder del maligno
2. Los espíritus malos conocen a Jesús y a sus siervos
3. No son los creyentes quienes toman a la ligera a los espíritus malos
4. La victoria sobre el mal siempre trajo gloria a Dios y disposición para Su Palabra
5. Los que de verdad han creído no vuelven a relacionarse con el maligno y sus súbditos
1 Juan 5.18
18Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.