¿Cuál es el secreto para hacer crecer una iglesia y mantener su gran tamaño? Si uno desea ser fiel a Cristo y su Palabra, no existe una sola técnica o sistema que garantice una iglesia grande. El crecimiento en el campo espiritual es como el crecimiento en el campo físico. Puede ser nutrido y alentado. Podemos hacer cosas para asegurar un crecimiento saludable, pero no podemos generar crecimiento verdadero. Nada puede hacer que un arbusto en miniatura crezca con las mismas proporciones de un pino gigante (Sal 127.1).
Sólo podemos atribuir el crecimiento numérico y espiritual de una iglesia a la voluntad de un Dios soberano. No existen técnicas de mercadeo o métodos modernos que lo puedan explicar. Tampoco nos apoyaríamos en esas tácticas porque no queremos un crecimiento fabricado por fórmulas, programas o artificios humanos. Debemos contentarnos con mantener el enfoque en el ministerio bíblico agresivo y dejar al Señor la obra de añadir personas a su iglesia (Hch 2.47). Nuestra tarea consiste en ser fieles en aquello que Él nos ha ordenado hacer.
Edificar la iglesia es Su obra. La nuestra consiste en ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura (Mr 16.15). Apenas empezamos a pensar en nosotros mismos como los arquitectos y constructores de la iglesia, usurpamos la función propia y exclusiva de Dios, y cambiamos la definición de nuestros objetivos en términos de éxito, números, tamaño y otras normas artificiales. Una iglesia edificada sobre esta clase de filosofía puede florecer por un tiempo, pero está condenada en últimas al fracaso espiritual.
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